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ébola, claves para una buena redacción

Con motivo de la expansión del virus del Ébola, se ofrecen las siguientes claves para una buena redacción de las noticias relacionadas:

  1. La palabra ébola se escribe con inicial minúscula cuando se emplea de manera informal para hacer referencia a la enfermedad causada por el virus del mismo nombre, tal y como indica la Ortografía académica.
  2. Para denominar al virus, se recomienda escribirlo con artículo determinado en masculino y con mayúscula inicial (virus del Ébola) por tratarse del nombre propio del río en el que se aisló por primera vez. A veces, por influencia del inglés, aparece sin la preposición (virus Ébola), uso que se desaconseja en español.
  3. Antiébola, junto y sin guion, es la forma apropiada para referirse a los tratamientos, vacunas o protocolos empleados contra este virus, ya sea para evitar su propagación o para tratar la enfermedad.
  4. Viral y vírico pueden utilizarse indistintamente, ya que se consideran sinónimos. En caso de aludir al tratamiento que se utiliza para combatir el virus, tanto antiviral como antivírico, ambas escritas sin guion, son las formas adecuadas que recoge el Diccionario de la lengua española.
  5. EPI, en mayúsculas, es la sigla que hace referencia a los equipos de protección individual que están utilizando los sanitarios que tratan a pacientes infectados.
  6. Esclusa, y no exclusa, es el término apropiado para denominar la zona que existe entre la habitación del enfermo infectado y la zona no restringida, y en la que los sanitarios se ponen y se quitan los equipos de protección individual.
  7. La técnica sanitaria es el femenino adecuado del técnico sanitario, para hacer alusión a la auxiliar de enfermería contagiada de ébola en España.
  8. Suero hiperinmune, junto y sin guion, es una construcción válida para referirse al tratamiento experimental que se está empleando para combatir la enfermedad infecciosa y que contiene anticuerpos obtenidos de personas cuyo organismo ha creado una respuesta inmunitaria. Este suero se obtiene del plasma de la sangre de un paciente que ha superado la enfermedad, por lo que es frecuente encontrar ejemplos en los que se hace referencia a él simplemente como plasma.
  9. Diagnosticar una enfermedad a una persona es una expresión más apropiada que diagnosticar a una persona de una enfermedad, que resulta inadecuada de acuerdo con el significado de este verbo.
  10. El término mortalidad hace referencia a la tasa de muertes en un tiempo dado, mientras que mortandad es una gran cantidad de muertes causadas por epidemia u otro desastre. Aunque la expresión tasa de mortalidad es válida, se recuerda que puede hablarse simplemente de mortalidad, ya que su significado lleva implícito que se trata de una tasa.
  11. Epidemia y pandemia no pueden utilizarse como sinónimos, se considera que una epidemia se propaga por un país durante un tiempo, mientras que una pandemia se extiende a otros países, tal como señala el Diccionario académico.
  12. El verbo cursar, en el ámbito de la medicina, se refiere a la enfermedad o a sus síntomas, no al enfermo.
  13. Sacrificar es un término más adecuado que eutanasiar para referirse al perro de la paciente contagiada en España. Aun así, eutanasiar puede considerarse un verbo bien formado y con cierto uso en el ámbito veterinario.
  14. Alta va precedido por el artículo el si funciona como sustantivo (“el alta médica”), mientras que, si se emplea como adjetivo, lo apropiado es anteponer la forma la (“la alta fiebre”).
  15. Dar de alta y dar el alta son expresiones que se construyen con diferentes pronombres: lo(s) y la(s) en el primer caso (“La/lo dio de alta”) y le(s) en el segundo (“Le dio el alta”).

 

urgir de, construcción impropia

La expresión urgir de algo, con el sentido de ‘necesitar algo con urgencia’, es impropia, tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas, de las Academias de la Lengua.

En los medios de comunicación aparece en ocasiones este giro, como se ilustra en las siguientes oraciones: “El puente es una de las estructuras que más urgen de intervención” o “La zona rural urgía de un hospital privado”.

Posibles alternativas a este giro son, en función del contexto, necesitar, precisar, requerir (de), exigir y demandar; aunque igualmente se puede reformular la oración para que urgir tenga la construcción apropiada.

Así, en los ejemplos anteriores podría haberse optado con más propiedad por “El puente es una de las estructuras que más precisan una intervención” y “La zona rural necesitaba con urgencia un hospital privado”.

Sí es adecuado emplear el verbo urgir con los sentidos de ‘pedir algo con urgencia o apremio’ e ‘instar a alguien a hacer algo sin dilación’, como en “Urge reformar la ley” y “China urgió a Estados Unidos a que corrigiera de inmediato el error”, y en estos casos no se construye con de.

 

un editorial y una editorial no son lo mismo

La palabra editorial tiene diferentes significados según se emplee en masculino (un editorial es un artículo de fondo no firmado en un medio de comunicación) o en femenino (una editorial es una empresa editora).

Sin embargo, en ocasiones se emplea incorrectamente la forma femenina para aludir a los artículos que expresan la opinión de un diario u otro medio: “Las editoriales de los grandes diarios internacionales han prestado atención al fenómeno” o “¿Por qué las editoriales de los diarios impresos no mencionaron el suceso?”.

Entendiendo que en esos casos la palabra editorial alude a textos periodísticos y no a las empresas editoras, lo apropiado habría sido escribir “Los editoriales de los grandes diarios internacionales han prestado atención al fenómeno” y “¿Por qué los editoriales de los diarios impresos no mencionaron el suceso?”.

Fuente: Fundéu BBVA

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